El Mejor Torrezno del Mundo se hace en el Restaurante Antonio de San Esteban de Gormaz (Soria)

Es uno de los concursos gastronómicos que se espera todos los años. Saber quién es el mejor cocinero de Torreznos. La Marca de Garantía Torrezno de Soria sigue a la búsqueda del Mejor Torrezno del Mundo, la mejor “barrita energética” de corteza dorada y crujiente y de magro tierno, rosado y sabroso.

Y en este 2023 el Mejor Torrezno del Mundo, en la categoría profesional, se realiza en la población San Esteban de Gormaz, concretamente en el Restaurante Antonio. El jurado ha destacado el equilibrio de las piezas realizadas en directo. Vicente de Vicente y Juani Delgado han presentado unos torreznos de recia y crujiente corteza dorada, con la proporción perfecta de burbujas y que al corte ha crujido de forma elegante y contundente, un magro tierno, meloso al paladar y, por supuesto, con un sabor espectacular en boca. Los Mejores Torreznos del Mundo han sido presentados con la proporción óptima de magro, tocino y corteza crujiente, atractivos a la vista y exquisitos al paladar. El jurado ha destacado la perfecta sinfonía para los sentidos (gusto, vista y olfato) de estos torreznos, realizados con una materia prima magnífica, perfectamente adobados, pochados con mimo y fritos con delicadeza.

Vicente de Vicente y Juani Delgado llevan 5 años con este restaurante en San Esteban de Gormaz, en tierras del Cid y del Burgo en Soria. Aunque llevan más de 15 años en el sector de la hostelería.

En relación al Mejor Torrezno del Mundo elaborado por un cocinero amateur, el ganador ha sido Jorge Múzquiz, estudiante de 21 años de fisioterapia, muy aficionado a los Torreznos. Este riojano, residente en el pueblo soriano de Ólvega, el año pasado quedó segundo, sólo superado por su padre, también cocinero amateur de Torreznos, y este año se ha quitado la espinita y ha podido superar a su progenitor. Lo que ha decantado la balanza del jurado hacia sus torreznos ha sido el uso de una materia prima espectacular, pochada con mimo y que han sido fritos de forma lenta y pausada dando unos Torreznos de elegante presencia, con una espectacular corteza dorada, muy contundente y crujiente, que crepitaba al ser partido con el cuchillo y con un magro de carne de rosado perfecto y con un toque graso ideal. Un Torrezno muy tierno que se deshacía en la boca. Los Torreznos de Jorge Múzquiz entraban por los ojos y llevaban hasta el culmen del sabor en cada trozo.